domingo, 30 de marzo de 2014

Escuchamos a los chicos



En este video podemos ver y escuchar lo que piensan los adolescentes sobre la metodología del aula virtual y la importancia del maestro.

viernes, 28 de marzo de 2014

Atendiendo a la voz de los Pastores

A 50 años del Concilio Vaticano II: 

¿Qué nos dijeron los Padres conciliares sobre Educación?

De la Declaración sobre la Educación Cristiana Gravissimum educationis.
Según las palabras del papa Pablo VI, la formación integral y total del hombre estuvo constantemente presente en el pensamiento de los Padres Conciliares, debido a la importancia decisiva de la educación en la vida del hombre y su influjo cada vez mayor en el progreso social contemporáneo.
La verdadera educación de la juventud e incluso también una constante formación de los adultos se hace más fácil y más urgente en las circunstancias actuales. Todos los hombres de cualquier raza, condición y edad, en cuanto participantes de la dignidad de la persona, tienen el derecho inalienable a una educación que responda al propio fin, al propio carácter y al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y que al mismo tiempo esté abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la tierra la verdadera paz y unidad.
Hay que ayudar pues a los niños y a los adolescentes, teniendo en cuenta el progreso de la psicología, de la pedagogía y de la didáctica, a desarrollar armónicamente sus condiciones físicas, morales e intelectuales, a fin de que adquieran gradualmente un sentido más perfecto en el recto y laborioso desarrollo de la vida, en la consecución de la verdadera libertad, superando los obstáculos con grandeza y constancia de alma.
Declara igualmente el sagrado Concilio que los niños y los adolescentes tienen derecho a que se les incite a apreciar con recta conciencia los valores morales y a prestarle su adhesión personal y también a que se les estimule a conocer y amar más a Dios.

La educación cristiana
Todos los cristianos, puesto que por la regeneración por el agua y el Espíritu Santo han sido constituidos nuevas creaturas y se llaman y son hijos de Dios, tienen derecho a la educación cristiana.La cual no persigue solamente la madurez de la persona humana arriba descrita, sino que busca, sobre todo, que los bautizados se hagan más conscientes cada día del don de la fe, mientras son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación; aprendan a adorar a Dios Padre en el espíritu y en verdad, ante todo en la acción litúrgica, adaptándose a vivir según el hombre nuevo en justicia y en santidad de verdad, y así lleguen al hombre perfecto, en la edad de la plenitud de Cristo y contribuyan al crecimiento del Cuerpo Místico. Ellos, además, conscientes de su vocación, acostúmbrense a dar testimonio de la esperanza y a promover la elevación cristiana del mundo, mediante la cual los valores naturales contenidos en la consideración integral del hombre redimido por Cristo contribuyan al bien de toda la sociedad
Importancia de la escuela
Entre todos los medios de educación, el de mayor importancia es la escuela, que, en virtud de su misión, a la vez que cultiva con asiduo cuidado las facultades intelectuales, desarrolla la capacidad del recto juicio, introduce en el patrimonio de la cultura conquistado por lasgeneraciones pasadas, promueve el sentido de los valores, prepara a la vida profesional, fomenta el trato amistoso entre los alumnos de diversa índole y condición, contribuyendo a la mutua comprensión; además, constituye como un centro de cuya laboriosidad y de cuyos beneficios deben participar a un tiempo las familias, los maestros, las diversas asociaciones que promueven la vida cultural, cívica y religiosa, la sociedad civil y toda la comunidad humana.
Hermosa es, por tanto, y de suma importancia la vocación de todos los que, ayudando a los padres en el cumplimiento de su deber y en nombre de la comunidad humana, desempeñan la función de educar en las escuelas. Esta vocación requiere dotes especiales de alma y de corazón, una preparación diligentísima y una facilidad constante para renovarse y adaptarse.
La presencia de la Iglesia en la tarea de la enseñanza se manifiesta, sobre todo, por la escuela católica. Ella busca, no es menor grado que las demás escuelas, los fines culturales y la formación humana de la juventud. Su nota distintiva es crear un ambiente comunitario escolástico, animado por el espíritu evangélico de libertad y de caridad, ayudar a los adolescentes para que en el desarrollo de la propia persona crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el bautismo, y ordenar últimamente toda la cultura humana según el mensaje de salvación, de suerte que quede iluminado por la fe el conocimiento que los alumnos van adquiriendo del mundo, de la vida y del hombre. Así, pues, la escuela católica, a la par que se abre como conviene a las condiciones del progreso actual, educa a sus alumnos para conseguir eficazmente el bien de la ciudad terrestre y los prepara para servir a la difusión del Reino de Dios, a fin de que con el ejercicio de una vida ejemplar y apostólica sean como el fermento salvador de la comunidad humana.Recuerden los maestros que de ellos depende, sobre todo, el que la escuela católica pueda llevar a efecto sus propósitos y sus principios. Esfuércense con exquisita diligencia en conseguir la ciencia profana y religiosa avalada por los títulos convenientes y procuren prepararse debidamente en el arte de educar conforme a los descubrimientos del tiempo que va evolucionando. Unidos entre sí y con los alumnos por la caridad, y llenos del espíritu apostólico, den testimonio, tanto con su vida como con su doctrina, del único Maestro Cristo.
Colaboren, sobre todo, con los padres; juntamente con ellos tengan en cuenta durante el ciclo educativo la diferencia de sexos y del fin propia fijado por Dios y cada sexo en la familia y en la sociedad; procuren estimular la actividad personal de los alumnos, y terminados los estudios, sigan atendiéndolos con sus consejos, con su amistad e incluso con la institución de asociaciones especiales, llenas de espíritu eclesial. El Sagrado Concilio declara que la función de estos maestros es verdadero apostolado, muy conveniente y necesario también en nuestros tiempos, constituyendo a la vez un verdadero servicio prestado a la sociedad. Recuerda a los padres cristianos la obligación de confiar sus hijos, según las circunstancias de tiempo y lugar, a las escuelas católicas, de sostenerlas con todas sus fuerzas y de colaborar con ellas por el bien de sus propios hijos.

CONCLUSIÓN
El Santo Concilio exhorta encarecidamente a los mismos jóvenes a que, conscientes del valor de la función educadora, estén preparados para abrazarla con generosidad, sobre todo en las regiones en que la educación de la juventud está en peligro por falta de maestros.
El mismo Santo Concilio, agradeciendo a los sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares, que con su entrega evangélica se dedican a la educación y a las escuelas de cualquier género y grado, los exhorta a que perseveren generosamente en su empeño y a que se distingan en la formación de los alumnos en el espíritu de Cristo, en el arte pedagógico y en el estudio de la ciencia, de forma que no sólo promuevan la renovación interna de la Iglesia, sino que sirvan y acrecienten su benéfica presencia en el mundo de hoy, sobre todo en el intelectual.
Todas y cada una de las cosas contenidas en esta Declaración han obtenido el beneplácito de los Padres del Sacrosanto Concilio. Y Nos, en virtud de la potestad apostólica recibida de Cristo, juntamente con los Venerables Padre, las aprobamos, decretamos y establecemos con el Espíritu Santo y mandamos que lo así decidido conciliarmente sea promulgado para la gloria de Dios.

jueves, 27 de marzo de 2014

Una Enseñanza en Imagen




Los invitamos a ver este interesante video.
Vemos en este corto, reflejada la imagen del educador cristiano, y de la educación como tarea artesanal. Ya que como ustedes serán testigos, el personaje principal es un alfarero que enseña a un niño a manejar la arcilla. El alfarero experimentado, como el educador, se presenta como un acompañante atento, que recibe el interés del niño, y lo impulsa a descubrir el potencial que lleva oculto para desplegarlo.
Los errores no se hacen esperar en los sucesivos intentos del muchacho, pero el alfarero no deja de reconocer los logros alcanzados, sigue atento el progreso del joven y lo alienta a no desanimarse.
La tentación por , lo fácil está siempre, de hecho el joven quiere desde el primer momento lograr lo que el maestro hace. Hoy también resulta una tentación para los educandos lo rápido y fácil, la ley del menor esfuerzo. Allí es donde un educador artesano, atento a las particularidades alienta a intentar, muestra que recorrer el camino que se presenta arduo vale la pena, que de los errores se aprende y se experimenta el límite, pero no para frustrarnos, sino para saber encausar mejor las potencias, las capacidades.
Esta es el verdadero milagro de la educación, el encuentro de experiencias, el descubrimiento de potencias, la puesta en acto de capacidades, el crecimiento e incremento de la Vida.

domingo, 23 de marzo de 2014

BIENVENIDOS TODOS, TODAS

Bienvenidos a este blog, que quiere ser un aporte para la reflexión sobre el rumbo de la educación católica. Lo hemos titulado con la frase : "Hacia una formación artesanal" , inspirado en nuestro santo padre Francisco quien hablando de la formacion de los consagrados dijo que debía ser artesanal y no policíaca. Nosotros extendemos esto hacia toda educación católica.
Una formacion artesanal nos invita a reconocer que educar es un arte que implica creatividad, atender a las particularidades, incluir las diversidades y sostener los desafíos.
Los invitamos a acompañarnos y a enriquecer nuestro blog con tu presencia.